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¿Cómo ayudar a un adolescente en búsqueda de su identidad?

 Especialización en adolescencia

 

Por Clor. Marina Murdoch

 

Y qué soy? La pregunta que nos hacemos todos los que egresamos de una formación de cualquier tipo.

Imaginen el interrogante cuando encima egresamos de una profesión de ayuda. Esa sensación de necesitar todo tipo de recurso y formación que me haga sentir seguro/a en mi hacer. Pero en mi hacer qué?

Y esta es otra gran pregunta en mi construcción de identidad desde mi egreso como Counselor. A qué me dedico? En qué me especializo?

Nosotros los Counselors sabemos que acompañamos en transiciones, toma de decisiones, crisis, duelos, prevención.... En estas palabras que acabo de escribir veo reflejada la adolescencia: transición de una etapa vital (la infancia) a otra (la juventud), toma de decisión: estudio algo: qué?, crisis: el adolescente duela, no se reconoce, despide sus atributos y afectos infantiles.

 

Y finalmente la gran palabra en Counseling: prevención. Gracias a la prevención se puede evitar que se instale o estructure en esta edad de cambio vertiginoso y permanente, la patología o si la misma hubiera hecho su aparición detectarla a la brevedad y actuar con celeridad.

 

Quién no está en contacto con adolescentes? Es difícil que no haya un papá, una mamá, un tío/a, un hermano/a que en algún momento no esté preocupado por algún adolescente que tiene en casa o con el que se contacta  en algún momento.

 

Y aquí entramos en escena nosotros: los Counselors especializados en adolescencia. Toda una formación... tanto en nuestro saber (conocimientos específicos de esta etapa), como en nuestro hacer (habilidades),  como en nuestro ser Counselors de adolescentes (nuestra formación actitudinal).

En cuanto a los saberes específicos de la etapa: estos son ineludibles para tener una correcta y cabal comprensión de la etapa.

En cuanto al hacer: el adquirir habilidades y prácticas que faciliten nuestra tarea nos ayudará para posicionarnos desde un lugar de mayor seguridad y menor ansiedad (que ya suficiente trae nuestro consultante).

Y finalmente en nuestro ser Counselors de adolescentes. Esto incluye entrar en contacto con sus padres, familiares. En algunas ocasiones en las que sea necesario con sus profesores, su institución educativa y con cualquier ser significativo que ayude a facilitar el proceso del adolescente.

La adolescencia es la etapa de mayor potencialidad. Es aquella etapa en la que todo es posible. Es también la etapa en la cual una experiencia traumática no atendida, queda grabada para siempre. Dice Françoise Doltó comparando las langostas con los adolescentes: “Tomemos la imagen de las langostas que pierden su caparazón, se ocultan bajo las rocas en ese momento mientras segregan su nueva caparazón para adquirir defensas. Pero si mientras son vulnerables reciben golpes, quedan heridas para siempre; su caparazón  recubrirá las heridas y las cicatrices, pero no las borrará”.

De ahí la importancia de la prevención en esta etapa. Una guía adulta confiable en esta etapa es de gran importancia para sortear peligros y consecuencias de los mismos.

La adolescencia incluye mucho más que una progresión lineal de cambio: es multidimensional, incluye una transformación gradual o metamorfosis de un niña/o a una persona adulta.

Las pautas y expectativas sociales son poco claras y en muchos casos contradictorias y esto produce aún mayor confusión y conflicto en el adolescente.

El adolescente se encuentra con cambios que ocurrirán inevitablemente: desafíos biológicos, cognitivos, psicológicos, sociales, morales y espirituales... todo lo anterior sumado a características personales, contextos familiares y sociales de distinta índole y el interjuego de todas estas variables.

Los Counselors especializados en adolescencia vamos a necesitar un abordaje con ciertas características. Si bien trabajamos desde el EHCP no hacemos hincapié en el pasado y además sabemos que el adolescente necesita alejarse de ese niño que fui, si bien no desestimamos consecuencias de situaciones infantiles que impliquen una correcta, rápida y acertada derivación al profesional correspondiente: ya sea psicólogo o psiquiatra en un proceso con adolescentes, el Counselor especialista debe contar con habilidades y estrategias más pro-activas, en un proceso que es distinto del de un niño y distinto del de un adulto.

Se debe tener información específica y aggiornada de la adolescencia. De sus subculturas, tribus, características y jergas.

Es necesaria una gran flexibilidad por parte del Counselor: tanto en el enfoque como en la relación que establezca con el adolescente. Aquí las ortodoxias se transforman en barreras.

Se necesita poder hacer psicoprofilaxis: poder impartir información precisa acerca de los cambios que atraviesa el consultante.

Apoyar y fortalecer el proceso de individuación y búsqueda de sí mismo. Debemos estar atentos al criterio de realidad para lograr objetividad de criterios.

Debemos contar con recursos terapéuticos que incluyan alternativas lúdicas, arte-terapia, trabajos con ensueños y visualizaciones, cuentos y una serie de estrategias que favorecen el trabajo en esta etapa.

 

Conclusión

 

Como adultos ya hemos transitado este camino y ahora nos toca guiar: si es que estamos dispuestos a asumir nuestra irrenunciable tarea de adultos de hacerlo. Deberíamos como adultos asistirlos, impulsarlos, escucharlos, favorecer en forma esperanzadora el desarrollo de aquellos que nos trascenderán.

La humanización y el desarrollo no pueden llevarse a cabo en el vacío: se necesita otro ser humano, somos vínculo.

 

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